sábado, 19 de abril de 2008

El sabueso de los Baskerville



El sabueso de los Baskerville se ubica a mitad de camino entre el relato de misterio y el cuento de terror, géneros en los que Conan Doyle dio repetidas pruebas de maestría.
La obra, que fue llevada numerosas veces tanto al cine como a la televisión, enfrenta al detective de Baker Street con el reto de resolver un enigmático crimen relacionado con el espectro de un perro diabólico y sobrenatural, instrumento de la maldición que pesa sobre una noble familia durante más de doscientos años.
El legendario Sherlock Holmes y su fiel asistente Watson se ven trasladados a los inhóspitos y desolados páramos de la región de Dartmoor, donde se enfrentan a los aullidos del infernal sabueso en pos de esclarecer el difícil caso de los extraños homicidios en la familia Baskerville. Holmes es requerido por el doctor Mortimer, vecino de los Baskerville, para que investigue la muerte de Sir Charles Baskerville en circunstancias poco claras. El heredero de la fortuna y de la hacienda de Sir Charles es Sir Henry, que vuelve de Canadá dispuesto a hacerse cargo de sus responsabilidades hereditarias.
Mortimer teme por la vida del nuevo señor de Baskerville, sobre todo desde que ha caído en sus manos un manuscrito que explica la maldición que pesa sobre la familia: un sabueso gigantesco perseguirá hasta morir a todos los descendientes de la estirpe.
Holmes envía a Watson para que este indague y a la vez brinde protección a Sir Henry. Watson investiga y envía sus informes a Holmes puntualmente. En ellos, describe el misterioso y aterrador páramo que rodea la mansión de Sir Henry, así como a las personas que viven en contacto con la hacienda. Entre los vecinos, destacan los Stapleton, quienes se hacen pasar por hermanos a pesar de estar casados, como bien averiguará Holmes, que en realidad no se ha quedado en Londres, sino que se oculta en el mismo páramo para observar sin ser visto. Una serie de pistas convenientemente dosificadas, y los espectaculares razonamientos del protagonista, nos llevarán a la resolución final del conflicto, en la base del cual subyacen problemas de herencia, la apropiación indebida de una superstición popular, la falta de escrúpulos, el egoísmo. Holmes y Watson acabarán con la vida del enorme sabueso, liberando así a Sir Henry, aunque, para recuperarse del susto y del dolor por el engaño del que ha sido víctima (estaba enamorado de la supuesta señorita Stapleton), el joven baronet necesite un largo viaje alrededor del mundo en compañía de su amigo, el doctor Mortimer.

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